
Sociedad Galvarino
Enrique Antileo, Antropólogo, Dr. en Estudios Latinoamericanos. Académico del Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado
En estos años ya habían varios jóvenes mapuche en Santiago. Yo tomé un poco de orientación en los sindicatos y eso me permitió tomar contacto con ellos, iba a las panaderías hasta que los reuní con la idea de formar una organización. Así, por el año 32, nació la Sociedad Galvarino.
— Martín Painemal Huenchual, 1983
La Sociedad Galvarino fue una organización fundamental en la historia del movimiento mapuche en Santiago de Chile. Fundada en 1932, esta sociedad surgió como un espacio de apoyo mutuo para los mapuche que migraban desde las reducciones del sur del país hacia la capital, en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades laborales. A lo largo de su trayectoria, la Sociedad Galvarino, que posteriormente se convirtió en la Sociedad Unión Araucana Galvarino, desempeñó un papel clave en la organización social, política y cultural de la comunidad mapuche urbana.
La Sociedad Galvarino se gestó en un período de profundos cambios políticos y sociales en Chile. La crisis económica de 1929 había afectado gravemente al país, lo que generó un aumento en la migración hacia los centros urbanos. En este contexto, un grupo de jóvenes mapuches que residían en Santiago decidieron formar una organización que les permitiera enfrentar los desafíos de la vida en la ciudad, al tiempo que preservaban su identidad y cultura.
Su fundación fue producto de la iniciativa de estos migrantes que, en un inicio, intentaron conformar la Sociedad de Defensa de la Raza en 1927, pero debido a diversos obstáculos, el proyecto no prosperó. No obstante, el deseo de organizarse se mantuvo latente, lo que culminó en la creación de la Sociedad Galvarino en 1932. Desde sus inicios, la Galvarino tuvo una clara orientación mutualista y de ayuda social. Sus fundadores buscaban establecer un espacio de colaboración y solidaridad entre migrantes mapuches buscando facilitar su adaptación a la vida urbana. En este sentido, su accionar estaba influenciado tanto por las tradiciones organizativas mapuche como por el movimiento mutualista chileno y latinoamericano.
Uno de los primeros logros de la Sociedad Galvarino fue la creación de centros culturales, clubes deportivos y escuelas nocturnas para la formación de trabajadores y jóvenes mapuches. Además, promovieron la creación de hogares estudiantiles con el fin de brindar apoyo a estudiantes que llegaban a la capital en busca de oportunidades educativas.
Uno de los aspectos más notables de la Sociedad Galvarino fue su contribución al quehacer intelectual del movimiento mapuche. Durante las décadas de 1930 y 1940, la organización publicó varios periódicos, entre ellos “El Frente Araucano” (1939) y “Heraldo Araucano” (1940), los cuales se convirtieron en espacios fundamentales para la difusión de ideas y la construcción de un discurso político mapuche en la capital. Estos periódicos informaban sobre las actividades de la organización y además abordaban temas cruciales como educación, política indigenista del Estado y condiciones de vida de la población mapuche en la ciudad. Además, la prensa permitió la articulación con otras organizaciones y referentes del movimiento mapuche en el sur del país.
A lo largo de su historia, la Sociedad Galvarino estableció vínculos con diversas organizaciones mapuches y obreras, entre ellas muchos sindicatos de panificadores donde participaban varios de sus miembros. En sus primeros años, se relacionó con el Frente Único Araucano, una organización nacida en Temuco en 1939, con la que compartía una preocupación común por la situación territorial mapuche y la lucha contra los despojos de tierras. Durante las décadas de 1950 y 1960, la Sociedad Galvarino se fusionó con la Alianza Cultural Araucana, dando origen a la Sociedad Unión Araucana Galvarino. En este período, sus integrantes participaron activamente en la discusión sobre la Reforma Agraria y la Ley Indígena, abogando por la restitución de tierras y el fortalecimiento de la educación mapuche.
Con la llegada de la dictadura militar en 1973, la Sociedad Galvarino comenzó a experimentar un progresivo declive. La represión y la persecución política afectaron a muchos de sus miembros, lo que dificultó su accionar. Además, el contexto político cambió radicalmente, y las nuevas generaciones de dirigentes mapuches comenzaron a canalizar sus energías en otras organizaciones y espacios de lucha.
Uno de los últimos registros documentales de la Sociedad Galvarino corresponde a una carta abierta enviada a Augusto Pinochet en 1979, en la que, junto con otras organizaciones, expresaban su rechazo a las modificaciones a la Ley Indígena. Tras este episodio, su rastro se diluye, dando paso a nuevas formas de organización en la capital.
La Sociedad Galvarino fue una más entre una enorme corriente de organizaciones mutuales latinoamericanas. Pensaron la solidaridad siguiendo los ejemplos de la clase obrera, un modelo que les hacía sentido por sus experiencias de vida urbana en el Santiago de los años treinta. Pensaron en la colaboración y el trabajo colectivo como el principal valor de un futuro posible para el mundo mapuche.
Referencias
Libros y publicaciones asociadas:
Antileo Baeza, E. (2023). La Sociedad Galvarino: Trayectorias de una organización mapuche en Santiago, 1932–1979. Estudios atacameños, 69, e5715. https://doi.org/10.22199/issn.0718–1043-2023–0026
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