La revuelta de 1957 en Chile

Luis Thielemann H. (Santiago, 1981) Historiador, aca­dé­mi­co de la Escuela de Historia de la Universidad Finis Terrae, Santiago.

Ciudad: Santiago
Productor: Comando con­tra las Alzas de Santiago (Integrado por:Central Única de Trabajadores (CUT), Federación de Estudiantes de Chile (FECh), Federación de Estudiantes Técnicos Vespertinos y Nocturnos (FETV), Agrupación Provincial de Pobladores de Santiago, Agrupación Nacional y Provincial de Obreros Municipales, Unión de Mujeres de Chile).
Personas Vinculadas: Clotario Blest, Baudilio Casanova, Juan Vargas Puebla, Carlos Ibáñez del Campo, Alicia Ramírez, Samy Muga, Manuel Rojas Llantén, Horacio Gamboa, Gustavo Horvitz, Enrique Paris, Enrique Marín.
Ubicación: Biblioteca Nacional de Chile
País: Chile
Año: 1957
Tipo: Hito

“Los estu­dian­tes no han pre­ten­di­do, en un comien­zo rea­li­zar mani­fes­ta­cio­nes polí­ti­cas. Han sali­do a la calle a pro­tes­tar por el alza de la loco­mo­ción por todas las alzas. Han encon­tra­do la res­pues­ta del cara­bi­ne­ro –sím­bo­lo de la inte­lec­tua­li­dad del régi­men-: el palo por las cos­ti­llas, el man­gue­ra­zo de agua a gran pre­sión, la sarta de inju­rias del tenien­ti­llo. Y han encon­tra­do algo más. El apoyo resuel­to del públi­co […] Ante la auda­cia de los jóve­nes que enfren­tan la agre­sión poli­cial, la reac­ción ha sido uná­ni­me. Y en un segun­do, en dos segun­dos, la mani­fes­ta­ción con­tra las alzas ha toma­do un mar­ca­do carác­ter polí­ti­co. De “¡abajo las alzas!” se ha pasa­do insen­si­ble­men­te a “¡abajo Ibáñez!”. Y no ha habi­do una sola voz en su defen­sa. Solo palos.”
— (Juan Furgón, 1957)

La revuel­ta de marzo y abril de 1957 fue el movi­mien­to de masas más fuer­te y gran­de de su tipo duran­te el perío­do cen­tral del siglo XX en Chile. Fue una radi­ca­li­za­ción de las pro­tes­tas popu­la­res con­tras las alzas de bie­nes y ser­vi­cios bási­cos ocu­rri­das desde 1955, y tuvo sus jor­na­das más inten­sas entre el 29 de marzo y el 3 de abril de 1957. Fue una aso­na­da popu­lar, pro­ta­go­ni­za­da por el amplio uni­ver­so pro­le­ta­rio de las ciu­da­des de Valparaíso, Concepción y prin­ci­pal­men­te Santiago. Se carac­te­ri­zó por dis­tur­bios, vio­len­cia y saqueos; y ter­mi­nó con la sus­pen­sión de las alzas de trans­por­te, pero tam­bién con una vein­te­na de muer­tos, todos bajo las balas poli­cia­les. La revuel­ta de 1957 marca el ini­cio de la fuer­te poli­ti­za­ción popu­lar de la larga déca­da de 1960 y defi­ne uno de sus prin­ci­pa­les ras­gos: el pro­ta­go­nis­mo de masas y de la acción direc­ta.

Las alzas de bie­nes y ser­vi­cios bási­cos comen­za­ron cuan­do el gobierno de Carlos Ibáñez deci­dió resol­ver la cri­sis de 1955 con­ge­lan­do sala­rios y libe­ran­do los pre­cios de los ali­men­tos, vivien­da y el trans­por­te públi­co. Esto pro­vo­có un cre­cien­te males­tar social, que no pudo pro­ce­sar­se ins­ti­tu­cio­nal­men­te por la impe­ri­cia polí­ti­ca del Gobierno y su volun­tad de no enfren­tar­se al empre­sa­ria­do. Fue en un con­tex­to repre­si­vo en los años de vigen­cia de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia (o “Ley Maldita”), que ile­ga­li­za­ba al Partido Comunista, pero que en la prác­ti­ca ser­vía de ins­tru­men­tal repre­si­vo anti­sin­di­cal y, en gene­ral, anti­po­pu­lar. Las dis­tin­tas mani­fes­ta­cio­nes pací­fi­cas que inten­ta­ron dete­ner las alzas y los ajus­tes sala­ria­les fue­ron repri­mi­das con dras­ti­ci­dad duran­te 1956, sin ami­la­nar sus efec­tos. Así, fue­ron dejan­do pocas opcio­nes más que la pro­tes­ta de tonos sal­va­jes. El ciclo de pro­tes­tas que devino en revuel­ta comen­zó en enero de 1957, cuan­do se con­for­mó en casi todas las gran­des ciu­da­des del país un “Comando con­tra las Alzas” de carác­ter pro­vin­cial. El de Santiago, el más gran­de, estu­vo rea­li­zan­do pro­tes­tas duran­te casi todo el verano, y enfren­tó una hos­ti­go­sa repre­sión esta­tal, que pro­du­jo cien­tos de dete­ni­dos, dece­nas de heri­dos y hasta un muer­to pro­duc­to de los apa­leos poli­cia­les.

Aunque el Gobierno había anun­cia­do la sus­pen­sión del alza de trans­por­te duran­te febre­ro (moti­va­do por las elec­cio­nes par­la­men­ta­rios de comien­zos de marzo de 1957), lo que detu­vo momen­tá­nea­men­te las pro­tes­tas, a fines de marzo Ibañez vol­vió a la carga con el alza. Este hecho gene­ró el inme­dia­to retorno de las movi­li­za­cio­nes estu­dian­ti­les y obre­ras. Para el día 29 de marzo, la pro­tes­ta ya esta­ba des­ata­da en todas las gran­des ciu­da­des. En Valparaíso tuvo tal inten­si­dad y fuer­za social, que las auto­ri­da­des loca­les junto a los empre­sa­rios del trans­por­te colec­ti­vo debie­ron nego­ciar y lle­gar a un acuer­do con el Comando con­tra las Alzas de la pro­vin­cia por­te­ña. El costo de esta vic­to­ria de la revuel­ta fue­ron heri­dos, pre­sos y un obre­ro muer­to a tiros poli­cia­les. En Concepción, y espe­cial­men­te en Santiago, la pro­tes­ta no tuvo tal suer­te y enfren­tó a un Gobierno terco que apos­tó a repri­mir sin con­tem­pla­cio­nes y no pudo con­te­ner las pro­tes­tas sino hasta el día 5 de abril y luego de matar a tiros a una vein­te­na de ciu­da­da­nos, y herir y encar­ce­lar a otros cien­tos. 

En la capi­tal la revuel­ta tuvo sus días más fuer­tes los días 2 y 3 de abril. En esas jor­na­das, se repi­tie­ron fero­ces enfren­ta­mien­tos con la poli­cía, que debió ser reem­pla­za­da por el Ejército en la tarde del segun­do día; y se pro­du­je­ron ata­ques y saqueos a las lujo­sas tien­das del cen­tro, incen­dios de micro­bu­ses del trans­por­te y hasta la des­truc­ción de monu­men­tos de héroes nacio­na­les. Durante esos días, la ciu­dad estu­vo en caos, no hubo casi alum­bra­do públi­co y las éli­tes polí­ti­cas y socia­les des­cu­brie­ron que no con­tro­la­ban más la vieja capi­tal del valle del Mapocho. Se vie­ron obli­ga­dos a con­te­ner las alzas y cam­biar el tono. Era una ciu­dad nueva, reple­ta de un rabio­so y velei­do­so pro­le­ta­ria­do.

Luego de la revuel­ta, el Gobierno de Ibáñez no tuvo más ini­cia­ti­va polí­ti­ca. Los par­ti­dos Socialista y Comunista, que apo­ya­ron las pro­tes­tas y se iden­ti­fi­ca­ron con su causa, logra­ron que ter­mi­na­ra la legis­la­ción anti­co­mu­nis­ta, y en 1958 obtu­vie­ron un iné­di­to ter­cio de los votos y casi ganan las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les, con Allende, ini­cian­do el largo camino de la izquier­da a la pre­si­den­cia del país, que se com­ple­ta­ría en 1970. Pero la prin­ci­pal con­se­cuen­cia de la revuel­ta fue el reba­ra­je del poder en el país. Los sec­to­res popu­la­res toma­ron una acti­tud a la ofen­si­va que quedó clara cuan­do ape­nas seis meses des­pués, en octu­bre de 1957, miles de fami­lias toma­ron terre­nos y cons­tru­ye­ron el barrio autó­no­mo más gran­de de Santiago hasta enton­ces, la pobla­ción La Victoria. La acción direc­ta se hizo así la seña carac­te­rís­ti­ca de la radi­ca­li­za­ción popu­lar. Desde enton­ces y hasta 1973, las tomas de terre­nos para vivir, de tie­rras agrí­co­las para dis­tri­buir­las y de fábri­cas para expro­piar­las, se con­vir­tie­ron en el prin­ci­pal méto­do popu­lar de rei­vin­di­ca­ción, y, luego, de revo­lu­ción social.

Como se ve, la revuel­ta de marzo y abril de 1957 no solo fue un hito de lucha social con­tra un Gobierno abu­si­vo, sino que marcó el tiro de par­ti­da para el ascen­so y radi­ca­li­za­ción del movi­mien­to popu­lar en Chile y que tomó explí­ci­tos obje­ti­vos revo­lu­cio­na­rios hacia el final de la déca­da de 1960. La con­for­ma­ción del Comando con­tra las Alzas ade­más expre­só una arti­cu­la­ción de con­flic­tos e iden­ti­da­des socia­les subal­ter­nas y de cla­ses popu­la­res, y así dibu­jó un fren­te común que se hizo un movi­mien­to de trans­for­ma­ción eman­ci­pa­to­ria que pro­ta­go­ni­zó los quin­ce años siguien­tes y cuya memo­ria es la tra­di­ción de muchos de los movi­mien­tos socia­les actual­men­te exis­ten­tes en Chile. Clasismo, acción direc­ta y crea­ti­vi­dad de bases fue­ron las mar­cas de ese pro­ce­so, y encuen­tran un hito de arran­que en las insur­gen­tes jor­na­das de 1957 en las calles de las gran­des ciu­da­des de Chile.

Referencias

Libros y publi­ca­cio­nes aso­cia­das: 

Cortés, A. (2014). El movi­mien­to de pobla­do­res chi­le­nos y la pobla­ción La Victoria: Ejemplaridad, movi­mien­tos socia­les y el dere­cho a la ciu­dad. Revista EURE — Revista de Estudios Urbano Regionales, 40(119). http://www.eure.cl/index.php/eure/article/view/366

Espinoza, V. (1988). Para una his­to­ria de los pobres de la ciu­dad. Ediciones Sur. http://www.sitiosur.cl/r.php?id=249

Garcés, M. (2013). Tomando su sitio: El movi­mien­to de pobla­do­res de Santiago, 1957–1970. LOM Ediciones.

Giannotti, E., & Cofré Schmeisser, B. (2021). La inven­ción de la “toma”, o cómo se trans­for­ma­ron las ocu­pa­cio­nes de terre­nos en Santiago de Chile entre 1945 y 1957. Historia, 54, 107–150.

Lemuñir, J. L. (1992). Nuestra Victoria. A 60 años de la toma de terre­nos de la pobla­ción La Victoria. Relatos de un pobla­dor. Cinco Ases.

Lira, E., & Loveman, B. (2014). Poder judi­cial y con­flic­tos polí­ti­cos (Chile: 1925–1958). LOM Ediciones.

Loyola, M. (1989). Los pobla­do­res de Santiago; 1952–1964: Su fase de incor­po­ra­ción a la vida nacio­nal (Tesis de licen­cia­tu­ra). Pontificia Universidad Católica de Chile.

Pozo Mayorga, C. (2013). Orientaciones del movi­mien­to obre­ro en Chile. Unidad sin­di­cal, anta­go­nis­mo y reflu­jo (1952–1957) (Tesis de maes­tría). Universidad Nacional Autónoma de México.

Reyes, N. (2017). Salarios duran­te la indus­tria­li­za­ción en Chile (1927/1928–1973) (Tesis doc­to­ral en Historia Económica). Universitat de Barcelona.

Rodríguez Weber, J. E. (2018). Desarrollo y des­igual­dad en Chile (1850–2009): Historia de su eco­no­mía polí­ti­ca. LOM Ediciones — Centro de Investigaciones Diego Barros Arana — Biblioteca Nacional de Chile.

Thielemann H., L. (2018). La rude­za paga­na: Sobre la radi­ca­li­za­ción del movi­mien­to obre­ro en los lar­gos sesen­ta. Chile, 1957–1970. Izquierdas, 44, 114–133.

Thielemann H., L. (2023). 1957: El pro­le­ta­ria­do inva­de Santiago. Ariadna — Tesis XII.

Otros enla­ces:Sánchez, R. (Director). (1957). Las Callampas [Documental]. Santiago, Chile. http://archivofilmico.uc.cl/archivo/las-callampas/

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