SOCORRO ROJO INTERNACIONAL EN SUDAMÉRICA

Yocelyn Valdebenito Carrasco. (Chillán, 1982) Archivera y Magíster en Teoría e Historia del Arte, Universidad de Chile. Magíster en Patrimonio Cultural, Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctoranda en el Programa de Protección del Patrimonio Cultural, Universidad de Santiago de Compostela, España. Desde 2011 tra­ba­ja en el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural de Chile.

Ciudad: Santiago
Productor: Internacional Comunista (Kominterm)
Personas Vinculadas: Laura Rodig Pizarro, Leonor Núñez, Carmen Saco Arenas, Ángela Ramos Relayze, María Luisa Carnelli, Blanca Luz Brum Elizalde, María Zambrano Alarcón, Winétt de Rokha (Luisa Anabalón Sanderson), Clara Zetkin, Elena Stásova y Tina Modotti
Ubicación: Archivo Mujeres y Géneros, Archivo Nacional de Chile.
País: Chile

Debemos res­pe­tar toda idea, toda doc­tri­na, por­que la esen­cia de la cul­tu­ra resi­de en el res­pe­to mutuo, pero, debe­mos com­ba­tir el fas­cis­mo no como una doc­tri­na, sino, en cuan­to sig­ni­fi­ca la bar­ba­rie, el retro­ce­so y la nega­ción de toda dig­ni­dad huma­na. ¡Venceremos! ¡Vencerá el nuevo Chile con la nueva España! 

— Laura Rodig, 1937

El Socorro Rojo Internacional (SRI) fue una ini­cia­ti­va crea­da en 1922 por la Internacional Comunista (Komintern) en la URSS cuyo prin­ci­pal obje­ti­vo era orga­ni­zar las ayu­das y el ser­vi­cio social hacia las per­so­nas que lo nece­si­ta­ran. El SRI estu­vo diri­gi­do por Clara Zetkin, Elena Stásova y Tina Modotti y fue disuel­to en 1941. En pri­me­ra ins­tan­cia la orga­ni­za­ción se ori­gi­nó para reu­nir apoyo huma­ni­ta­rio y mate­rial hacia los pre­sos polí­ti­cos, pero luego las labo­res soli­da­rias se amplia­ron tam­bién a la fami­lia de los afec­ta­dos, prin­ci­pal­men­te muje­res e infan­cias.  

En la medi­da que las per­se­cu­cio­nes se agu­di­za­ron con el avan­ce de las corrien­tes fas­cis­tas en Europa, la voca­ción inter­na­cio­na­lis­ta de la orga­ni­za­ción pro­mo­vió el des­plie­gue terri­to­rial de las ayu­das median­te la arti­cu­la­ción de las sec­cio­nes nacio­na­les que die­ron res­pues­ta a los urgen­tes reque­ri­mien­tos de las per­so­nas hos­ti­ga­das inde­pen­dien­te de su con­fe­sión reli­gio­sa o mili­tan­cia. El Socorro Rojo Internacional en vin­cu­la­ción al movi­mien­to femi­nis­ta inter­na­cio­nal pro­pi­ció tam­bién la apa­ri­ción en dife­ren­tes paí­ses de agru­pa­cio­nes anti­fas­cis­tas que según el país de ori­gen fue toman­do dife­ren­tes nom­bres, tales como la Liga de las muje­res anti­fas­cis­tas, la Agrupación de Mujeres Antifascistas y la Asociación de Mujeres Antifascistas con accio­nes espe­cí­fi­cas de acti­vis­mo polí­ti­co fren­te a los regí­me­nes de horror.

A par­tir de la déca­da 1930 y en par­ti­cu­lar con el esta­lli­do de la Guerra Civil Española en 1936 las sec­cio­nes del SRI en Sudamérica impul­sa­ron las ayu­das hacia las víc­ti­mas del con­flic­to, arti­cu­lán­do­se una exten­sa red de acti­vis­tas de dife­ren­tes paí­ses. El papel de muje­res, pro­fe­sio­na­les, obre­ras, artis­tas e inte­lec­tua­les fue clave para el éxito de las labo­res soli­da­rias en ayuda a las muje­res espa­ño­las y sus hijos. Durante estos años, ade­más de cana­li­zar las ayu­das huma­ni­ta­rias a España, el Socorro Rojo Internacional en Sudamérica pro­cu­ró aten­der tam­bién las nece­si­da­des del con­tex­to local en cada país. En un esce­na­rio polí­ti­co ines­ta­ble y con gobier­nos auto­ri­ta­rios en el cono sur, la socie­dad civil era fre­cuen­te­men­te vio­len­ta­da, gene­rán­do­se cace­rías, hos­ti­ga­mien­tos, encar­ce­la­ción, tor­tu­ras y masa­cres.

En Perú, la perio­dis­ta comu­nis­ta Ángela Ramos fue nom­bra­da como secre­ta­ria gene­ral del Socorro Rojo Internacional en 1931. Tras sus fre­cuen­tes visi­tas a las cár­ce­les donde lle­va­ba ayuda a los pre­sos polí­ti­cos del vio­len­to régi­men de Luis Sánchez Cerro en 1932, publi­ca­ba sus artícu­los en La Crónica, La Prensa, El Tiempo y Variedades, donde denun­cia­ba las inhu­ma­nas con­di­cio­nes en la que se encon­tra­ban las y los per­se­gui­dos. Como con­se­cuen­cia de este acti­vis­mo la encar­ce­la­ron varias veces al igual que a Carmen Saco, escul­to­ra y tam­bién perio­dis­ta. Una vez que logra­ron salir de la cár­cel, ambas con­ti­nua­ron su lucha por la libe­ra­ción de los demás pre­sos polí­ti­cos y por un mejor tra­ta­mien­to de ellos en el pre­si­dio. De acuer­do al tes­ti­mo­nio de Eliseo García, direc­tor del sema­na­rio comu­nis­ta Labor, Carmen Saco inclu­so ven­dió su casa con sus ense­res y mue­bles en el barrio Miraflores, Lima, para ir en ayuda de los pre­sos polí­ti­cos y sos­te­ner el Socorro Rojo en Perú, deci­sión que le sig­ni­fi­có el repu­dio de sus fami­lia­res cer­ca­nos. A fines de 1936, cons­ter­na­da por las noti­cias de la Guerra Civil Española, Carmen Saco escri­bió el poema “Resistencia con­tra el odio”, donde excla­ma­ba: “En negras avenidas/ niños blan­cos y tiernos/partidos por el centro/dejaban esca­par su san­gre de rubí/ y los bra­zos des­me­su­ra­dos de un hombre/imploran” (…) Meses más tarde, Saco, viajó a Santiago de Chile donde expu­so sus escul­tu­ras en el Museo Nacional de Bellas Artes en abril de 1937, cuya venta de obras fue recau­da­da en direc­to bene­fi­cio de los niños de la gue­rra, tal como indi­ca el titu­lar del perió­di­co local La Hora: “Con éxito se efec­túa expo­si­ción pro Ayuda a niños de la España leal.”

En tanto en Chile, la artis­ta y pro­fe­so­ra Laura Rodig quien fue nom­bra­da secre­ta­ria gene­ral del Comité Nacional del Socorro Rojo Internacional a fines de 1934, reali­zó  el 27 de febre­ro de 1935 una serie de acti­vi­da­des en favor de 24 niñas y niños huér­fa­nos, hijos de los cam­pe­si­nos ase­si­na­dos en Lonquimay que junto a cinco viu­das (la mayo­ría per­te­ne­cien­te al pue­blo mapu­che), logra­ron esca­par de la masa­cre. Con la estre­cha cola­bo­ra­ción de la obre­ra Leonor Núñez logra­ron reubi­car en dife­ren­tes hoga­res a las y los huér­fa­nos para que pudie­sen recu­pe­rar­se del trau­ma vivi­do. Leonor Núñez, fue cono­ci­da popu­lar­men­te como “mami­ta Núñez” por­que fren­te a un con­tex­to reac­cio­na­rio de per­se­cu­ción y encar­ce­la­mien­to en masa de sus com­pa­ñe­ros, Leonor cui­da­ba para que nada les fal­ta­ra. Elena Pedraza reme­mo­ra “Ella era una per­so­na que le lla­ma­ron “mami­ta” por el amor que tenía, el cari­ño a los com­pa­ñe­ros. No había preso polí­ti­co que no hubie­ra sido visi­ta­do por ella, [Núñez] los lle­va­ba al médi­co, se preo­cu­pa­ba de la fami­lia, era prác­ti­ca­men­te una sama­ri­ta­na como cui­da­ba a todo el mundo. Pero de una fir­me­za en los prin­ci­pios y en la lucha, por­que tenía­mos que ser valien­tes” (Lecourt Kendall, Yazmín, 2005: 56). Desbordadas de soli­da­ri­dad, Laura y Leonor, reco­rrían los sin­di­ca­tos reco­lec­tan­do toda clase de ayu­das para lle­var a las cár­ce­les y a los con­ven­ti­llos donde se encon­tra­ban los fami­lia­res de los pre­sos. En situa­ción de enfer­me­dad de las obre­ras y sus fami­lias, tan­tas veces acu­die­ron a bus­car al médi­co a su casa a altas horas de la madru­ga­da para pro­cu­rar una aten­ción urgen­te, o, ali­viar algu­na heri­da. Otras tan­tas veces visi­ta­ban hos­pi­ta­les lle­van­do algún ali­men­to, ropa o artícu­los de aseo a algún com­pa­ñe­ro nece­si­ta­do. Años más tarde, en un acto de Homenaje a la Mujer Española víc­ti­mas de la gue­rra orga­ni­za­da por el MEMCH (Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile) Laura Rodig excla­ma­ba en el dia­rio LA HORA, Santiago de Chile, lunes 19 de julio de 1937: “La mujer está siem­pre al comien­zo de toda época, ayu­dán­do­la a nacer con su dolor. He ahí unas pala­bras que repre­sen­tan la situa­ción de España. Ahí está ella, la mujer espa­ño­la, la que no que­ría ser sino mujer, sino madre. Supo de un golpe, que esta vez, en la epo­pe­ya que vivi­ría su pue­blo, iba a jugar­se en su pro­pia san­gre el des­tino del mundo”. Y al año siguien­te, en la cuar­ta sema­na de noviem­bre de 1938 Rodig anun­cia­ba un lla­ma­do al boi­cot de las jugue­te­rías ale­ma­nas en el dia­rio Mundo Nuevo: “Jóvenes, hom­bres y muje­res de Chile, orga­ni­ce­mos un vasto y rápi­do movi­mien­to, ojalá de pro­yec­cio­nes ame­ri­ca­nas con­tra la pene­tra­ción fas­cis­ta simu­la­da tam­bién en el ino­cen­te jugue­te tras el cual se escon­de una bala infan­ti­ci­da (…) Desde este ins­tan­te, pos­ter­ga­re­mos todo otro asun­to, para entre­gar­nos de lleno a orga­ni­zar y cola­bo­rar por la rea­li­za­ción de una her­mo­sa PASCUA ANTIFASCISTA y de ayuda a los milla­res de niños espa­ño­les que nece­si­tan de noso­tras”. 

María Luisa Carnelli escri­to­ra y poeta argen­ti­na resi­dió en España entre 1935 y 1938, ejer­cien­do como repor­te­ra en medios impre­sos anti­fas­cis­tas del ámbi­to comu­nis­ta de Madrid (ABC de Madrid, El Sol y Ayuda!) y en la pren­sa argen­ti­na (Unidad, Avance, La República y La Nueva España). De esta forma  con­tri­bu­yó a la cir­cu­la­ción infor­ma­ti­va y cul­tu­ral en ambos con­ti­nen­tes. Siempre dis­pues­ta a correr los peli­gros nece­sa­rios para obte­ner una buena cró­ni­ca, sus intré­pi­dos rela­tos deta­lla­ban con cer­ti­dum­bre las espe­luz­nan­tes expe­rien­cias del campo de bata­lla, acti­tud que en más de una oca­sión la deja­ron heri­da.  Por ejem­plo en  una  breve  nota  del perió­di­co Frente  Rojo seña­la­ron que Carnelli fue alcan­za­da “por varios   tro­zos   de   metra­lla   duran­te   su   tarea   infor­ma­ti­va   en   el   sec­tor   de Carabanchel” (“La perio­dis­ta” 1937, 6). Mientras tra­ba­ja­ba como repor­te­ra en zonas de ries­go en Madrid, Carnelli tam­bién formó parte del Socorro Rojo Internacional dis­tri­bu­yen­do las ayu­das y víve­res que lle­gan de Sudamérica a las loca­li­da­des que se encon­tra­ban más afec­ta­das.  

El Socorro Rojo Internacional fun­da­do como un orga­nis­mo inde­pen­dien­te sos­tu­vo cam­pa­ñas inter­na­cio­na­les de apoyo a los pri­sio­ne­ros comu­nis­tas, así como tam­bién reu­nió apoyo mate­rial y huma­ni­ta­rio en situa­cio­nes de extre­ma cruel­dad en dife­ren­tes paí­ses del mundo. En el con­tex­to lati­no­ame­ri­cano, las sec­cio­nes loca­les de cada país arti­cu­la­ron redes de apoyo inter­na­cio­na­lis­ta en una época de emer­gen­cia insu­rrec­cio­nal, repre­sión y per­se­cu­ción poli­cial. Esto impli­có un gran desa­fío y a la vez una opor­tu­ni­dad para las muje­res que, al orga­ni­zar­se, se enfren­ta­ban simul­tá­nea­men­te a dos ámbi­tos de acción: la causa del anti­fas­cis­mo y la afir­ma­ción inte­lec­tual, soli­da­ria y polí­ti­ca como pro­ta­go­nis­tas del movi­mien­to lumi­no­so de su pro­pia eman­ci­pa­ción.

Referencias

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Guardia, S. B. (2013). Mujeres, el otro lado de la his­to­ria. Lima: CEMHAL.

Hernández Toledo, S. (2021). La per­sis­ten­cia en el exi­lio: redes polí­ti­co-inte­lec­tua­les de los apris­tas en Chile (1922–1945). Santiago de Chile: Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM).

Lavallé, B. (2011). América Latina y el mundo ante la gue­rra civil espa­ño­la. Bulletin de l’Institut fra­nçais d’é­tu­des andi­nes, 40(1), 228–231. https://journals.openedition.org/bifea/1700

Lecourt Kendall, Y. (2005). Relaciones de géne­ro y lide­raz­go de muje­res den­tro del Partido Comunista de Chile (Master’s the­sis, Universidad de Chile).

Martínez, L. M. (2023). María Luisa Carnelli, los poe­mas de gue­rra y la uto­pía de la van­guar­dia. Diablotexto Digital, 14(diciembre), 178–204. https://doi.org/10.7203/diablotexto.14.27016

Ramos, Á. (2020). 21 Intelectuales perua­nos del siglo XX. Serie anto­lo­gías 01. https://appsbicentenarioprd02.blob.core.windows.net/intelectual/2020/12/01_Ramos.pdf

Valdebenito Carrasco, Y. (2024). Lo polí­ti­co es un verbo: Laura Rodig Pizarro (1901–1972). Santiago de Chile: Cuarto Propio.

Vergara, M. (1974). Memorias de una mujer irre­ve­ren­te. Santiago de Chile: Editorial Gabriela Mistral.

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