La moral católica: carta abierta al pastor del rebaño provincial y al público

Laura Fernández Cordero. Escritora. Doctora en Ciencias Sociales (UBA) e Investigadora (CONICET) con sede en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI, Buenos Aires).

Ciudad: La Plata
Productor: María Abella
Personas Vinculadas: María Abella
Ubicación: Biblioteca Nacional de Uruguay, Internet Archive
País: Argentina
Año: 1915

No he afir­ma­do fal­se­da­des y me rati­fi­co en que la reli­gión cató­li­ca es absur­da y estú­pi­da por­que es con­tra­ria a la razón y a la vida y, en efec­to, ¿puede haber algo más iló­gi­co que el pre­di­car el debi­li­ta­mien­to y el mal­tra­to del cuer­po?
— María Abella, 1915 

Esta carta es una pode­ro­sa suma de trans­gre­sio­nes. La pri­me­ra es de su pro­pia forma, una carta que no guar­da la inti­mi­dad entre remi­ten­te y des­ti­na­ta­rio, sino que se hace públi­ca y abier­ta a toda clase de lec­tu­ras. Luego, su firma, por­que la que escri­be es una mujer, y para las pri­me­ras déca­das del siglo XX eso era, toda­vía, una figu­ra social­men­te subor­di­na­da, eco­nó­mi­ca­men­te depen­dien­te y jurí­di­ca­men­te mino­ri­za­da. Además, se trata de un texto de crí­ti­ca direc­ta a la Iglesia Católica Apostólica Romana y a una de sus prin­ci­pa­les auto­ri­da­des loca­les, el mis­mí­si­mo Obispo de la Provincia de Buenos Aires. La dia­tri­ba no se detie­ne en “el pas­tor del reba­ño pro­vin­cial”, sino que esca­la hasta el cora­zón del idea­rio cató­li­co inclu­yen­do todas sus ins­ti­tu­cio­nes y sus tex­tos. La auto­ra de esta carta rabio­sa es María Abella, uru­gua­ya de naci­mien­to (San José, 28/9/1863), viuda y casa­da en segun­das nup­cias con el escri­bano argen­tino Antonio Ramírez. Fue madre de siete hijos e hijas, a quie­nes hizo par­tí­ci­pes de su inten­sa vida como femi­nis­ta libre­pen­sa­do­ra en la ciu­dad de La Plata (donde murió en 1926).

Tal vez no haya exis­ti­do ciu­dad más pro­pi­cia para la escri­tu­ra de esta carta publi­ca­da como folle­to agi­ta­dor. La Plata se fundó en 1882 a par­tir del cruce entre la razón occi­den­tal, la uto­pía urba­na, la maso­ne­ría, la arqui­tec­tu­ra gran­di­lo­cuen­te y el lai­cis­mo decla­ra­do. El plano del casco urbano, con sus dia­go­na­les per­fec­tas y el dise­ño racio­nal de los espa­cios públi­cos, expre­sa la con­fian­za plena en la volun­tad huma­na y en la liber­tad de pen­sa­mien­to. En 1915, año en el que firma esta carta, Abella es parte indu­da­ble de esa gesta de ilu­mi­na­ción, pero cada una de sus pro­duc­cio­nes viene a recor­dar que tal huma­nis­mo uni­ver­sal pro­cla­ma una eman­ci­pa­ción de la Mujer que resul­ta aco­ta­da y pater­na­lis­ta. Así, la empre­sa crí­ti­ca de Abella apun­ta a los pode­res esta­ble­ci­dos que minan la poten­cia huma­na —como a sus ojos lo hace el cato­li­cis­mo— pero tam­bién es cer­te­ra en sus dar­dos con­tra el pro­pio campo polí­ti­co e inte­lec­tual. Por ejem­plo, aun­que es firme pro­mo­to­ra de los con­gre­sos del libre pen­sa­mien­to que se cele­bra­ban en la ciu­dad, dis­cu­te con uno de sus líde­res y funda, junto a la femi­nis­ta Julieta Lanteri, la Liga Nacional de Mujeres Librepensadoras (1909). Las títu­los de las revis­tas que editó sin­te­ti­zan todo su pro­gra­ma que, en la senda de Olympe de Gouges, llama a deve­lar las para­do­jas de los moder­nos dere­chos del Hombre: Nosotras (1902–1904), La Nueva Mujer (1910) y Nuestra Causa (1919–1921).

La carta públi­ca con­tie­ne esta misma ten­sión. La preo­cu­pa­ción de Abella es denun­ciar la tira­nía de la moral cató­li­ca sobre toda la huma­ni­dad, sin embar­go, resal­ta las infle­xio­nes que el peca­do y las peni­ten­cias asu­men en los casos feme­ni­nos. Y lo hace con humor, otra trans­gre­sión. Si por momen­tos es solem­ne y decla­ra­ti­va, en otros pro­vo­ca risas al ima­gi­nar al Sr. Obispo encar­nar un perro pas­tor de los que cree sus ove­jas des­ca­rria­das. Contra esa ima­gen, ella es loba libe­ra­do­ra, hada de la razón, fuen­te de cla­ri­dad. Poco se pare­ce a la seño­ra matro­na que posa en el estu­dio de foto­gra­fía y nos deja una ima­gen de bur­gue­sa edu­ca­da que podría con­fun­dir a cual­quie­ra. En la carta no hay lugar para la cor­te­sía ni para la espe­ra­da modes­tia feme­ni­na. Su pluma se des­pa­cha con insul­tos explí­ci­tos y giros alti­so­nan­tes, un esti­lo inacep­ta­ble para un voz de mujer. El folle­to con­tri­bu­ye a mati­zar la mode­ra­ción que se atri­bu­ye a esa deno­mi­na­da pri­me­ra ola del femi­nis­mo. Si bien, a los ojos de las anar­quis­tas de aquel momen­to la lucha de aque­llas femi­nis­tas por los dere­chos polí­ti­cos y el voto podría resul­tar insu­fi­cien­te o equi­vo­ca­da, inter­ve­nían en muchos otros ámbi­tos de la vida social. Su misma exis­ten­cia —inmo­de­ra­da, públi­ca, inde­pen­dien­te— tenía un impac­to trans­for­ma­dor. Como es posi­ble obser­var en la carta públi­ca, se ocu­pan de los pro­ble­mas del matri­mo­nio eterno y del dere­cho al divor­cio, pero tam­bién se apun­ta a denos­tar el man­da­to de la vir­gi­ni­dad y otras afir­ma­cio­nes con­tra­rias a la liber­tad sexual. Eso sin dejar de seña­lar, con sorna, que quie­nes optan por la cas­ti­dad no ten­drían que opi­nar con tanta auto­ri­dad acer­ca del amor y el ero­tis­mo. 

Este docu­men­to es una joya del pen­sa­mien­to y la acción anti­cle­ri­cal en América Latina. Una pieza des­ta­ca­da de la incon­men­su­ra­ble pro­duc­ción escri­ta por las izquier­das, el libre­pen­sa­mien­to y los femi­nis­mos en forma de perió­di­cos, folle­tos, hojas suel­tas, revis­tas y libros. Esos mate­ria­les que cir­cu­la­ban por el mundo en las vali­jas de la migra­ción y de las depor­ta­cio­nes cons­ti­tu­ye­ron archi­vos y biblio­te­cas que nos han sido lega­das. Construir con ellos nue­vos arte­fac­tos y dar­los al pre­sen­te es una irre­nun­cia­ble misión y una ale­gría com­par­ti­da. 

Referencias

Libros y publi­ca­cio­nes aso­ca­das:

Abella de Ramírez, M. (1908). En pos de la jus­ti­cia. Taller Gráfico D. Milano. (Reeditado como Ensayos femi­nis­tas, Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1965, y nue­va­men­te como En pos de la jus­ti­cia. Ensayos femi­nis­tas, Montevideo, Biblioteca y Centro Cultural Femenino, 1995).

Barrancos, D. (2001). Inclusión/Exclusión. Historia con muje­res. Fondo de Cultura Económica.

De Lucía, D. (1997). El movi­mien­to libre­pen­sa­dor y la cues­tión feme­ni­na (1895–1920). Desmemoria. Revista de Historia, 16, 105–120.

Fernández Cordero, L. (2019). Abella, María. En Diccionario bio­grá­fi­co de las izquier­das lati­no­ame­ri­ca­nas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org/abella-maria/

Rey, A. (2021). María Abella de Ramírez: Librepensadora, maes­tra, perio­dis­ta y femi­nis­ta en Nosotras y La Nueva Mujer. Mora (Buenos Aires), 27(2), 41–50. https://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-001X2021000200041&lng=es&tlng=es

Valobra, A. (2013). Acción polí­ti­ca y repre­sen­ta­ción de las muje­res en la pro­vin­cia de Buenos Aires, 1900–1955. Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires Dr. Ricardo Levene.

Otros enla­ces:

Retrato: Imagoteca CeDInCI. Disponible en https://imagoteca.cedinci.org/s/imagoteka/item/13469

Podcast: Miel de Arcilla Producciones. (s.f.). Feminismos para la revo­lu­ción. Disponible en https://open.spotify.com/episode/7hvClmOdEyVW3u8AhP48nK

Video: Moreno, M. (s.f.). Mientras tanto. Subrayados femi­nis­tas. Biblioteca Nacional Argentina. Disponible en https://www.instagram.com/reel/CFvGqTsA8bL/

Nosotras. Disponible en https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/77094

La Nueva Mujer. Disponible en https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/77074

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