Club Deportivo Palestino

Nicolás Vidal (Santiago, 1979). Escritor, magis­ter en Creación Literaria. Autor de libros de cró­ni­cas y nove­las publi­ca­das en diver­sas edi­to­ria­les.

Ciudad: Santiago
Personas Vinculadas: Eugenio Chahuán, Roberto Bishara, Aldo Guerrero, Elías Figueroa, Óscar Fabbiani, Amador Yarur.
Ubicación: Estadio Municipal de La Cisterna, Región Metropolitana.
País: Chile
Año: 1920
Tipo: Deporte

“Somos el único país del mundo que tiene dos selec­cio­nes nacio­na­les”.

Mahmoud Abbas, 2016

El Club Deportivo Palestino es único en el mundo. No hay otro que se llame igual ni que haga fla­mear libre­men­te la ban­de­ra de Palestina. Y está a 13 mil kiló­me­tros de su madre patria. El hecho de que se haya fun­da­do en un rin­cón tan lejano como Chile se expli­ca por­que aquí se encuen­tra la diás­po­ra pales­ti­na más nume­ro­sa del mundo fuera de las nacio­nes ára­bes. Hay más de qui­nien­tos mil des­cen­dien­tes pales­ti­nos vivien­do en este país sud­ame­ri­cano. 

Palestina estu­vo bajo el con­trol del Imperio Turco Otomano desde 1517. Durante cien­tos de años hubo un clima de cier­ta tole­ran­cia y res­pe­to a las mino­rías reli­gio­sas (léase judíos y cris­tia­nos). Sin embar­go, ya al final del Imperio y sobre todo con el comien­zo de la Primera Guerra Mundial, arre­cia­ron las per­se­cu­cio­nes con­tra los cris­tia­nos orto­do­xos en la región. Los tur­cos eran alia­dos de Alemania en esa gue­rra bru­tal, por lo que muchos jóve­nes pre­fi­rie­ron esca­par antes de ser empu­ja­dos a la muer­te bajo la ban­de­ra de un ejér­ci­to ajeno. Así fue como lle­ga­ron a Chile miles de inmi­gran­tes de esta tie­rra, hace poco más de un siglo. Lo curio­so es que lle­ga­ron a tocar la puer­ta y mos­tra­ron el único pasa­por­te que tenían: el turco. Por eso les dicen tur­cos a los pales­ti­nos, y por eso el mote no les cae nada de bien. Lina Meruane lo resu­me así en su libro Volverse Palestina: “El nom­bre enemi­go impre­so como una mal­di­ción eter­na sobre el borro­so mapa de aque­lla inmi­gra­ción”.

El Club Sportivo Palestina fue fun­da­do, según sus esta­tu­tos ori­gi­na­les, el 25 de marzo de 1916, tal como se mues­tra en el docu­men­tal 4 Colores de Aldo Guerrero. Al año siguien­te, en noviem­bre de 1917, tuvo lugar la Declaración de Balfour que impli­có la deci­sión del gobierno bri­tá­ni­co de apo­yar el esta­ble­ci­mien­to de un “hogar nacio­nal judío en Palestina”. Esta fue la pri­me­ra pie­dra polí­ti­ca para la crea­ción del Estado de Israel. Luego, el 20 de agos­to de 1920, en Osorno, se fundó ofi­cial­men­te el Club Deportivo Palestino que exis­te hasta hoy, a pro­pó­si­to de unas olim­pia­das de colo­nias extran­je­ras. Si bien en lo for­mal no son exac­ta­men­te el mismo club, sí evi­den­cia el hecho de que la diás­po­ra pales­ti­na tenía per­fec­ta cons­cien­cia de la per­te­nen­cia a su nación y, como tal, se orga­ni­za­ba en clu­bes depor­ti­vos que les per­mi­tía inte­grar­se de mejor mane­ra y socia­li­zar en el país que los reci­bió.

Parte de la estra­te­gia para jus­ti­fi­car la ocu­pa­ción de Israel sobre el terri­to­rio pales­tino ha sido la nega­ción de la exis­ten­cia de Palestina, lo que se resu­me en la siguien­te frase sio­nis­ta: “Una tie­rra sin pue­blo para un pue­blo sin tie­rra”. Sin embar­go, antes de esa frase, mucho antes de la fun­da­ción del Estado de Israel (en 1947), como un des­men­ti­do cate­gó­ri­co, ya exis­tía en Chile –al otro lado del mundo– un club depor­ti­vo que tenía el nom­bre, emble­ma y ban­de­ra pales­ti­na. 

Por eso es tan impor­tan­te el nom­bre de Palestino, es tanta su sig­ni­fi­ca­ción polí­ti­ca, que hubo un inten­to por cam­biár­se­lo. Es lo que Odette Yidi llama “geno­ci­dio cul­tu­ral” en el libro Palestina, ana­to­mía de un geno­ci­dio, que impli­ca la eli­mi­na­ción de todo ras­tro de cul­tu­ra pales­ti­na, para hacer como si no hubie­sen exis­ti­do. En el docu­men­tal 4 Colores, el his­to­ria­dor Fuad Dawabe cuen­ta que el pre­si­den­te del club, Amador Yarur, reci­bió en la déca­da de los cin­cuen­ta una ofer­ta de dos­cien­tos mil dóla­res de miem­bros de la colec­ti­vi­dad judía en Chile para que Palestino cam­bia­ra su nom­bre por el de Club Deportivo Árabe. Se tra­ta­ba de una ver­da­de­ra for­tu­na para la época: un monto que equi­va­le en la actua­li­dad a más de dos millo­nes y medio de dóla­res. El inten­to, por supues­to, ter­mi­nó con un por­ta­zo.  

La pre­sen­cia del equi­po en com­pe­ten­cias inter­na­cio­na­les, algo recu­rren­te en la últi­ma déca­da, ha sido muy impor­tan­te para la explo­sión mediá­ti­ca que ha teni­do el club desde que, en 2014, estre­nó una nueva cami­se­ta donde el núme­ro uno fue reem­pla­za­do por la silue­ta de un mapa de Palestina según sus lími­tes ori­gi­na­les hasta el año 1946, o sea, antes de que exis­tie­ra Israel. Por ejem­plo, a par­tir de su par­ti­ci­pa­ción en la Copa Libertadores de 2015, los par­ti­dos inter­na­cio­na­les del equi­po son trans­mi­ti­dos en vivo por Al Jazeera, la prin­ci­pal cade­na árabe de tele­vi­sión. Además, sus par­ti­dos en el cam­peo­na­to chi­leno eran trans­mi­ti­dos en los bares en toda Palestina gra­cias a la tele­vi­sión sate­li­tal, aun­que eso cam­bió desde octu­bre de 2023. En 2016, el club hizo una gira por Palestina. En ella, los juga­do­res fue­ron reci­bi­dos con hono­res de Estado por el pre­si­den­te Mahmoud Abbas, quien les dijo: “Somos el único país del mundo que tiene dos selec­cio­nes nacio­na­les”. Con el tiem­po, esta rela­ción se pro­fun­di­zó. De hecho, Palestino abrió escue­las de fút­bol para niños y niñas en Palestina (dos en Ramallah y una en Belén). Y tenían todo listo para abrir otra en Gaza cuan­do comen­zó el geno­ci­dio.

La sola exis­ten­cia del Club Deportivo Palestino, desde su fun­da­ción, lo ha lle­va­do a ser reco­no­ci­do en el mundo ente­ro como un emble­ma de resis­ten­cia cul­tu­ral y depor­ti­va fren­te a la ocu­pa­ción colo­nial de Israel. Pese a encon­trar­se en el últi­mo rin­cón del mundo, cada vez que una per­so­na viste una cami­se­ta de Palestino, en cual­quier parte del pla­ne­ta, hace un lla­ma­do urgen­te a reco­no­cer su exis­ten­cia y dete­ner el geno­ci­dio.

Referencias

Libros: 

Meruane, L. (2021). Palestina en peda­zos. Literatura Random House.

Vidal, N. (2024). Palestino: Un club único en el mundo. Fondo de Cultura Económica.

Zerán, F., Karmy, R., & Slachevsky, P. (2024). Palestina: Anatomía de un geno­ci­dio. LOM Ediciones.

Otros enla­ces:   

Guerrero, A. (Director). (2017). 4 colo­res [Documental]. Santiago, Chile: Artefactovisual.

Galería

Scroll al inicio

Descubre más desde Modernismo Latinoamericano

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo